Turismo gastronómico
De gastronomía enormemente rica, en Granada podemos encontrar diferentes aportaciones traídas por los nuevos pobladores, como fueron los moriscos y judíos. Así aparecerán, por ejemplo, las habas con jamón que, por ser éste de Trevélez, poseen un suave y delicado sabor.
La olla de San Antón también es un guiso tradicional de la ciudad y su provincia, aunque los platos más representativos de Granada sean las habas con saladillas, aperitivo para el día de San Cecilio o el día de la Cruz, la famosa tortilla del Sacromonte o el remojón granadino de bacalao y naranja. Otra propuesta interesante es el plato de papas a lo pobre o de migas acompañados de un huevo frito y de distintas chacinas procedentes de la Alpujarra granadina.
En el terreno de la repostería, la cuajada de carnaval, los soplillos de la Alpujarra y la torta real de Motril, o la extensa variedad de dulces de los conventos como los huevos moles de San Antón, la bizcochada de Zafra, los pestiños de la Encarnación o el hojaldre de San Jerónimo, constituyen motivos suficientes para demostrar que, en estos temas, la carne puede ser muy débil. La fruta emblemática de Granada es, por supuesto, la granada, cuyo árbol está omnipresente en cármenes y jardines. Otras frutas como caquis, acerolas, membrillos, higos chumbos, almecinas y serbas llenan los mercadillos de la ciudad en la fiesta de la Patrona. A estas viejas tradiciones se han unido los productos tropicales de la costa: aguacates, chirimoyas, kiwi, etcétera.