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Cuarto Real
Descubre la residencia de las reinas de Granada

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El Cuarto Real era un conjunto palatino de pequeñas dimensiones, propiedad de la reina Fátima o Aixa, la madre de Boabdil y utilizado como un lugar de descanso y retiro. Muy posiblemente por todo ello la reina Isabel I de Castilla se sintiese seducida y decidiese comprárselo a la reina Fátima, en virtud de los acuerdos de rendición firmados en Santa Fe, donde se recogía que los dueños de las propiedades podían seguir disfrutando de ellas, incluso si se marchaban de Granada. En 1493 fue cedido a la Orden de los Predicadores de Santo Domingo junto con la huerta Almanjarra Mayor, contigua al palacete, para la construcción del convento de la Santa Cruz, y de ahí proviene el nombre con el que también se le ha conocido: Cuarto Real de Santo Domingo.

El Cuarto Real está datado en el siglo XIII y es el claro antecesor de la construcción de la Alhambra, siendo el origen de la arquitectura y de los temas decorativos nazaríes. La propiedad, denominada Huerta Grande de la Almanjarra, se sitúa junto a la plaza de los Campos, en lo que fue arrabal de los Alfareros, amurallado posiblemente durante el mandato de Muhammad II (1273-1302).

El 6 de abril de 1492 se ordena la fundación del monasterio de la Santa Cruz y el día 26 de abril se dona a Andrés Calderón la huerta de jedida a cambio del servicio realizado al comprar la huerta de Almanjarra con dinero propio; los límites de la propiedad se fijan en la donación y corresponderían a las dos Almanjarras, zona que posteriormente se ampliaría cuando se le añade la huerta que lindaba con Bibataubin.

Durante la invasión francesa el conjunto fue víctima del expolio, recuperándose el lugar más tarde en 1814 por parte del prior de la Orden.

Durante la regencia de María Cristina (1835) la Desamortización afecta al espacio conventual de los dominicos, destinándose una parte del convento a uso público, con la finalidad de albergar un museo y el coristado y las dependencias anejas se proponen para subasta.

La propiedad del Cuarto Real, fue enajenada por Madoz entre 1859 y 1874 siendo adquirida por manos privadas, pasando sucesivamente por diversos dueños insignes de la sociedad granadina como Ramón Fernández de Córdoba y Aragón o como Emilio Pérez del Pulgar que fue quien construyó en 1860 el palacete donde se integró la qubba.

Debemos especificar que el término árabe qubba se traduce por cúpula y aquí se emplea de una forma más amplia, pues la sala a la que nos referimos es de este tipo.

El Cuarto Real posee dos características de gran importancia para el desarrollo de la arquitectura nazarí, por un lado se trata de una qubba o sala con un techo no plano y con forma de artesa, que debido a su escasa superficie habitable no debía ser utilizado como residencia habitual; y por otro lado se sitúa dentro de una torre de la muralla exterior, con unas excelentes vistas hacia el exterior que aumenta el carácter intimista del mismo. El acceso a la qubba se realiza a través de un bello arco sobresalientes de mocárabes, decoradas únicamente con una estrella de ocho puntas con epigrafía árabe clásica en su interior que sin duda sera el referente constructivo para el Salon de Embajadores de la Alhambra.

Su interior cierra una sala cuadrada de siete metros de lado, cuyo arco de entrada tiene zócalo vidriado de alicatados, con la inscripción: “Di: Dios es único”, esta frase que se repite constante en toda la parte inferior de las yeserías del salón; versos del Corán en torno, con caracteres cursivos y en la parte superior, azulejos de reflejo dorado con una preciosa labor de hojas.

Tenemos constancia de la evolución del Cuarto Real gracias a las descripciones y grabados de los viajeros y artistas románticos de la época como por ejemplo: en 1816 Murphy hace una reconstrucción hipotética en planta y alzado, de 1836 tenemos el grabado de Girault de Pragney, en 1851 la viajera Lady Tenison hace una breve descripción y las fotografías de Carpentier de 1853. La reconstrucción hipotética en planta y alzado de Murphy, y la de Girault de Pragney coinciden en la duplicidad de las columnas que sostienen los arcos.

En 1919 el Cuarto Real fue declarado Monumento arquitectónico-artístico mediante una Real Orden.

En 1990 fue comprado por el Ayuntamiento de Granada a Luis Fernando Dávila Ponce de León y Coello de Portugal; y desde este momento se han realizado campañas arqueológicas y de restauración para su actual puesta en valor como monumento y lugar de visita

Las campañas arqueológicas y de restauración realizadas han confirmado que no era un edificio aislado, encontrándose además restos del jardín musulmán, del sistema de regadío de los jardines, restos de una muralla y bóvedas y cerámicas de lujo. Las labores arqueológicas no han concluido por lo que el Cuarto Real de Santo Domingo encierra aún multitud de secretos por descubir.

Icono Granadatur
Monumento
Palacete

Zona:

Barrio turístico:

Realejo

Estilo arquitectónico:

Nazarí

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